¿Sabes madre?

– ¿Sabes madre? -Pregunta el niño a su madre. – ¿Tú nunca estas cansada?- Insiste el niño.
– ¿Por qué?–. pregunta la madre sorprendida, mientras prepara un bizcocho.
– No sé.– Se hace el distraído, mirando de reojo, se apoya junto al mármol de la cocina donde descansa un volcán de harina.
– Cuando llego del colegio, siempre estas contenta aunque hayas tenido un mal día, la abuela piensa que nunca estas mala. ¿Y yo no lo entiendo, acaso no te mira?
La madre emocionada abraza al niño.
– ¿Acaso tú no estás también cansado y vienes corriendo al volver del colegio a darme un beso?
– Pero eso es diferente, sabes madre, cuando vuelvo a casa corriendo se que tú siempre me esperas.
– Es lógico, tengo conmigo lo que más quiero.– Responde la madre acariciando su pelo.
El niño baja la cabeza y empieza a llorar.
– Sabes madre, el domingo es el día que todos los padres acuden al colegio, para hacer carreras, hinchar globos y papa no está, él se marcho, nos dejó solos. ¿Acaso no te quiere, madre?
– Hijo, yo soy tu mama, no puedo estar triste si tú estás conmigo, eres todo lo que necesito para ser feliz.

Mientras tú crecías en mi barriga
No tenía miedo
Mi cuerpo fue tu refugio
Ahora tu eres mi refugió
Por la noche cuando las hadas cantan
Tú sueñas, con caballitos, nubes de algodón
Payasos de grandes zapatos
El tren de la bruja, escoba en mano te hacen cosquillas
Palomitas de colores, murmuran entre ellas
¡Que linda canción!
Mientras tú sueñas, yo vivo.

– Hijo pide un deseo, es una estrella fugaz.
– Deseo-. El niño cierra nerviosamente los ojos y sonríe.
– ¿Ya está?–. Le pregunta su madre.
– Si madre –. Responde el niño.
– ¿Y cuál es tu deseo?
El niño se arrodilla junto a su madre y exclama.
–Que tú vuelvas a andar.