
Los sueños se repiten, se repiten como una pesadilla. Ya no recuerdo cuando por primera vez me estremecí en la salita de un hospital, había acudido como otras muchas veces antes a controlar mi enfermedad, mi cabeza repetía que algo no iba bien pero no podía admitir que la pesadilla volvería a formar parte de mi vida. Ahora no, mis proyectos, mis sueños tan cercanos de cumplirse que era imposible un retroceso a causa de ella, sabía que formaba parte de mi vida, como una lapa pegada en silencio a mi cuerpo pero siempre a punto de cobrar vida para intentar destruir lo mucho andado arrastrando mi esperanza, penetrando en mis carnes y devorando mi capacidad de seguir en el mundo.
No tuve que esperar mucho para abatirme de nuevo, los análisis confirmaban que ella residía y estaba danzando en mi cuerpo, las estrellas que brillaban en los resultados en toda la pagina me estremecieron, después de recobrar el habla pregunte con la voz rota por el dolor.
– ¿Qué puedo hacer para que ella vuelva a remitir? ¿Hay posibilidades de que vuelva a superar la enfermedad?
– ¿Alguien tiene la esperanza de que algún día sea afortunada en un juego de lotería?
Yo en aquel momento necesitaba pensar que mi número estaba en el bombo y el premio seria superar la enfermedad, nunca le he tenido miedo a ella, pero si a los tratamientos que impiden que lleve una vida normal, el pelo se cae, te sientes cansada, los vómitos a media noche que te despierta y te obligan a sentarte de rodillas cogiendo con ambas manos la taza del wáter para que la violencia de los mismos no te devoren. Las horas en los hospitales con pruebas interminables, con agujas donde extraen sangre e introducen en tu cuerpo el goteo que con suerte te devolverá a la vida, después de pasar por el infierno.
Pienso que soy afortunada de poder cumplir años, sueños, ver brillar el sol, sentir la lluvia y el calor de la mano amiga de muchas personas, al final al nacer sabes que el camino no será eterno, mi medico dice que “Mujer enferma, mujer eterna” creo que tiene razón pero un poco de descanso no me iría mal, si a ella le apetece quedarse que lo haga pero sin armar tanto ruido.
No quiero que nadie piense que escribo esta reflexión para causar lástima ni que se hable de ello, lo he escrito porque yo necesitaba expresar como me siento en estos momentos, un fuerte abrazo a todas las personas que en estos momentos luchan para superar las enfermedades, yo siempre he pensado que por muy largo y pantanoso que sea el camino siempre encontraremos una salida y nunca hay que perder la esperanza.
Besitos de caramelo,
Tessa