Me gusta coger un libro y salir al balcón cuando la intensidad del tráfico disminuye y el calor sofocante del día se va convirtiendo al pasar las horas en una suave brisa. La luna observa desde lo alto la quietud del momento.
Interrumpida cada día por ella que arrastraba sus pies empujado un carrito de bebe, el primer día que la vi pensé que era extraño que una mujer tan mayor saliera a pasear a su nieto tan tarde caminando a duras penas. Detuve la lectura para observar sus movimientos, ella destapo el cochecito y en él pude distinguir a dos pequeños gatos acurrucados en una manta de cuadros marrones roída por el tiempo. Alzó la cabeza para mirarme, se saco un gorro de lana de la cabeza, lo levanto y después de embozar una triste sonrisa me saludo. A continuación sin inmutarse de mi presencia revolvió el contenido de las bolsas de basura que los vecinos dejaban fuera del contenedor para que ella tuviera algo con lo que subsistir.
Pasados unos días espere su llegada, pero la mujer no volvió a pasar por delante de mi casa y yo me entregue de nuevo a mis lecturas.
Una noche oí que la mujer que venía todas las noches a revolver las basuras había sido agredida por unos jóvenes ebrios que salían de una discoteca, con la fatal consecuencia del fallecimiento de la mujer.
Sus cosas fueron aparcadas en un basurero colindante donde nadie se acordó de ir a preguntar por sus gatos, los únicos que le dieron calor en el frio invierno y compañía en su soledad.
Sigo leyendo en el balcón esperando el saludo de ella que vivió y murió en la calle dejando tras de sí una vida que se trunco por la desgracia de tropezarse con personas que no aprecian los valores de una sociedad cada vez mas huérfana de los mismos. A nadie le preocupó, solo la conciencia de quienes dejaban la basura a su alcance parece creer que ayudar es dar pan con una mano y con la otra impedir que esta no se contamine.
Besitos de caramelo,
Tessa
5 comentarios:
Que horror!!
Las personas en situación de calle son muy vulnerables, que pena pobrecita.
Besos
qué fácil apaciguar nuestras conciencias, con un poco de limosna quebrada
esa que nos sobra,
qué difícil hundir las manos en el lodo y sin mirar cuan te manchas
elevar al desvalido de entre la mugre...
Gracias.Tessa...sigue leyendo, pues las letras nos permiten seguir siendo distintos,entre tanta igualdad.
Historia triste la de esta mujer, que cada día se va incrementando en nuestra sociedad. Abrazos
es triste a la vez que precioso y tierno expresión de calle la piel de gallina .
sigue contándome cosas bellas desde tus letras.
mi felicitación a ti y a esa hermosa hija que hoy será una bella señorita.
feliz fin de semsna con todo mi cariño
besos
Marina
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